El intérprete en la prensa
By Mariachiara Russo (Università di Bologna, Italy)
Abstract
English:
The press contributes to forge the interpreter’s public image. The present paper offers an overview of how the image of this professional has changed over the years. The interpreter was first depicted as an exceptional and mythical word wizard, such as the first UN interpreters between 1945-1955, then from the 90s onward the attention of the press shifted to his/her more frequent and daily fields of activities such as courts, hospitals and public services.
Spanish:
La prensa contribuye a plasmar la imagen pública del intérprete. El presente artículo da cuenta de cómo los periódicos han proyectado una imagen de este profesional que ha cambiado a lo largo del tiempo. Empezó siendo representado como excepcional y mítico mago de la palabra, como fueron definidos los primeros intérpretes de las Naciones Unidas en su primer decenio de actividad, es decir, en 1945-1955, para luego a partir de los años noventa ser mencionado ya no como personaje en el foco de la atención, sino más bien en relación con sus otros más frecuentes y cotidianos ámbitos de actuación como los juzgados, los hospitales o los servicios públicos.
Keywords: Myth, word wizard, public service interpreter, cultural mediation, mito, mago de la palabra, intérprete para los servicios públicos, mediación cultural
©inTRAlinea & Mariachiara Russo (2013).
"El intérprete en la prensa"
inTRAlinea Special Issue: Palabras con aroma a mujer. Scritti in onore di Alessandra Melloni
Edited by: Maria Isabel Fernández García & Mariachiara Russo
This article can be freely reproduced under Creative Commons License.
Stable URL: https://www.intralinea.org/specials/article/2007
A Sandra, todo lo mejor
Premisa
La prensa disemina informaciones, crónicas, opiniones que nos permiten conocer y hacernos una idea de lo que acontece o nos espera en nuestra aldea o, más bien, en nuestra aldea global de mcluhana memoria. Además la prensa contribuye a forjar y proyectar la imagen de individuos que, por sus hazañas más o menos meritorias, llegan a ser conocidos por un amplio público. La prensa no solo desarrolla y afianza la imagen de personajes famosos, sino que también lanza algunas profesiones de las que poco o nada se sabe.
Nos pareció interesante, pues, encarar el tema de los media y de la interpretación, intentando vislumbrar cuál es la imagen del intérprete y de la profesión que emerge en la prensa.
1. Los albores de la profesión
En los albores de la profesión, según escribe Baigorri-Jalón (2004) en su documentadísimo ensayo sobre el trabajo de los intérpretes en las Naciones Unidas desde su fundación en 1945, el intérprete estaba bajo los focos de los periodistas que, con sorprendente frecuencia, se empeñaban en describir su actividad y sus características profesionales y personales, destacando la vertiente excepcional de su actuación. Precisamente a aquellos años (1945-1950) se remonta el nacimiento en la prensa del mito del intérprete, un individuo con talentos innatos (Baigorri-Jalón 2004: 80):
The press created an image of the interpreter, in which the latter is purely the result of fortune, a combination of characteristics shared by only a few in the whole world: exceptional linguistic qualities together with a high IQ and a quick mind[1] (Saturday Evening Post, August 12, 1950: 27).
Cabe decir que en el primer decenio, 1945-1955, trabajaban en las Naciones Unidas intérpretes que, en su mayoría, encarnaban características distintas a los intérpretes de hoy: eran individuos multilingües acomunados por una sólida preparación académica y con dispares bagajes culturales y sociales, ya sea por haber crecido en contextos multiculturales, por historias personales o por haber cobrado experiencia traduciendo o interpretando, previamente, en otros organismos internacionales como, por ejemplo, la Liga de Naciones. No se habían formado en escuelas de interpretación, habida cuenta de que la primera fue creada por la Universidad de Ginebra en 1941. Se trataba de una generación de profesionales con un calado cultural y vivencial enorme y, en ciertos casos, con experiencia incluso como diplomáticos. Algunos llegaron a ser legendarios por su memoria prodigiosa como André Kaminker, el padre de la actriz francesa Simone Signoret, que solía interpretar en consecutiva discursos que duraban hasta una hora sin tomar notas (Baigorri-Jalón: 2004: 46).
Los enviados de prensa que cubrían las sesiones de la Asamblea General de la ONU no dejaban de mencionar las asombrosas habilidades lingüísticas de los intérpretes consecutivos y simultáneos, definidos real word wizards («verdaderos magos de la palabra»), como en el caso del periódico The New York Times del 3 de Octubre de 1948 (Ibid.: 79). La prensa, además, pintaba un extravagante panorama sociológico de los primeros intérpretes de la ONU (Ibid.):
Rabinovitch’s performers are cultural split personalities, uprooted by wars, progroms, revolutions and economic earthquakes, and somehow infused with a wanderlust that has led them to roam the earth collecting languages and reputations in an incredible number of fields. Though persons unfriendly to the division have labelled it a catchall for misfits, there is rhyme and reason to this strange occupational grab bag. Their varied pursuits have given the interpreters a means of earning a living while they absorbed the culture and languages of the countries they now interpret.
[...] A least a third hold doctors’ degrees.
[...] Scratch a UN interpreter and you find a composer and a management engineer, a statistician and a housewife, a lawyer and a cosmetics salesman, a typist and a former American vice-consul, plus a good other fifty professions[2] (Saturday Evening Post, August 12, 1950:112).
La imagen del intérprete como “fenómeno de la naturaleza” que sale de la prensa de aquellos años puede, en parte, depender de las indudables cualidades de estos primeros profesionales, pero depende también del desconocimiento de lo que implica el proceso de interpretación.
El hecho de escuchar en una lengua y hablar al mismo tiempo en otra, reproduciendo además el mismo sentido lo más fielmente posible, condición típica de la interpretación simultánea, es una actuación bastante innatural, tanto es así que llamó la atención de psicólogos y psicolingüistas quienes llevaron a cabo las primeras investigaciones en este campo (entre otros, Gerver 1967, Goldman Eisler 1972). En realidad, suponiendo que se tenga una competencia excelente (es decir, casi-nativa) activa y pasiva en los dos idiomas implicados, se trata de una técnica que, como cualquier otra, se aprende más, o menos, velozmente según las capacidades individuales. Hoy en día, existen cursos de formación que permiten dominar las técnicas de la interpretación de conferencia (consecutiva y simultánea) en un arco de tiempo que va desde seis meses (Universidad de Westminster, Londres) hasta dos años (Departamento de Interpretación y Traducción, Universidad de Bolonia, campus de Forlì), dependiendo tanto del plan de estudios de la institución académica, como de la motivación y dedicación del estudiante.
Otro factor que hay que tener en cuenta es la escasa competencia de los que utilizan los servicios de interpretación a la hora de juzgar el grado de correspondencia semántica entre el discurso original y el discurso del intérprete. De hecho, los usuarios que dependen de la interpretación para poder seguir un debate o una ponencia en directo, generalmente, conocen sólo el idioma de llegada, es decir, el idioma en el que habla el intérprete, lengua que, a veces, tampoco coincide con el idioma materno del usuario, como en el caso del inglés que, en muchos foros, se suele utilizar como lengua franca de trabajo. Por consiguiente, puede ser que un intérprete sea un «mago de la palabra», como le definía el artículo antes mencionado, y que encante al auditorio con su oratoria, pero lo que él dice puede que no se corresponda con el mensaje del ponente al que interpreta, fallando así el principal requisito de una actuación de calidad: la fidelidad. Esta eventualidad no se debe a que el intérprete quiera engañar a su público o a que no conozca suficientemente bien el idioma del ponente, sino que esta infedelidad puede ser la consecuencia de circunstancias externas o de circunstancias que dependen del intérprete. Ejemplos de las primeras son una escasa calidad del sonido, que podría obstaculizar la comprensión, o bien la forma de hablar del ponente, que a lo mejor pronuncia o lee su discurso demasiado rápidamente o con un acento extranjero; ejemplos de las segundas son la falta de preparación sobre el tema y la terminología, o la falta de experiencia.
Además de poner de relieve la extrema habilidad de los intérpretes, inclusive en las actuaciones menos exitosas («even the worst of them is a phenomenon», hasta el peor entre ellos es un fenómeno, según The New York Times del 3 de Octubre de 1948: 10, en Baigorri-Jalón: 2004: 79), la prensa de esos años arroja luz sobre sus personalidades y comportamientos. Es sorprendente ver hoy cuánto interés como personas, despertaron los intérpretes de la ONU, únicos intérpretes de los que hay mención en los periódicos. Los describían como excéntricos, en su mayoría divorciados («you have to get divorced at least once to be a good interpreter», tienes que divorciarte por lo menos una vez para ser un buen intérprete, Baigorri-Jalón: 2004: 80), con problemas de insomnio y con pesadillas en las que se tiene que interpretar desde idiomas que se desconocen totalmente.
La curiosidad de los periodistas por su vida privada llegó a ser incluso indiscreta, porque revelaron que la mitad de los miembros de la División iban a psicoanálisis (Saturday Evening Post del 12 de Agosto de 1950: 114, en Baigorri-Jalón: 2004: 80). El mismo periódico informa (Ibid.: 80-81):
Consensus is that interpreters are, indeed, more neurotic than most classes of brain workers, because they are just plain frustrated. The interpreter has to bring to his job all the intellectual qualities of leadership. Then he finds he is only a mouthpiece- a second-hand celebrity. He takes refuge in all sorts of nostrums and hobbies- getting degrees, translating books, playing tournament bridge, chess and canasta, deciphering Babylonian cuneiform and composing music[3] (Saturday Evening Post, August 12, 1950: 115).
Por lo visto, la impresión de que los intérpretes sean un poco neuróticos o excéntricos aún hoy no ha desvanecido totalmente, y es cierto que algunos, cansados de la profesión, desean aplicar sus habilidades en un ámbito laboral con menor invisibilidad, y que les permita dejar de ser simples correas de transmisión del ‘sentido’ de las palabras (a veces muy poco ‛común’). Lo verídico de este cuadro, en mi opinión, es que a los intérpretes les gusta seguir estudiando y seguir aprendiendo idiomas por curiosidad intelectual, no necesariamente por aburrimiento o frustración.
2. El presente de la profesión
Pasando al presente, la figura y la profesión del intérprete ya no goza de tanto protagonismo en la prensa, por lo menos en el sentido de destacar su personalidad y habilidades. En parte, se debe a que con la difusión de las Escuelas de Interpretación a partir de los años cuarenta y cincuenta, la profesión se ha masificado y se ha ido desvaneciendo el mito del intérprete como miembro de una élite de seres excepcionales.
Sin embargo, la figura del intérprete sigue apareciendo en los periódicos y está relacionada con hechos de crónica. Por lo tanto, los que reciben la atención de los periodistas no son los intérpretes de conferencia como antaño, es decir, intérpretes simultáneos y consecutivos que trabajan en congresos o asambleas de instituciones internacionales, sino que más bien la prensa actual se ocupa de los intérpretes activos en los servicios públicos. Se trata, por consiguiente, de sectores como justicia, sanidad u oficinas para inmigrados, donde generalmente se utilizan modalidades interpretativas específicas, como la interpretación dialógica. Una de las pocas excepciones son los intérpretes de conferencia que trabajan para la televisión y que, por lo tanto, en lugar de ser simples voces son verdaderos personajes públicos, como se constata en los titulares sobre Olga Fernando “Olga Fernando sotto i riflettori della tv «Al Costanzo Show ormai sono di casa»” (Corriere del lavoro 29/6/2001)[4] o Paolo Noseda “«Se la Canalis fa l'interprete, io voglio fare la soubrette» Colloquio con Paolo Noseda, uno dei più famosi interpreti italiani, piccola star di “Chetempochefa” ed ex professore di simultanea a Varese. Che ha molto da dire su quella tremenda intervista con De Niro” (Varesenews 27/02/2011).[5]
Cabe señalar que la terminología periodística para referirse al profesional que permite la comunicación entre personas de idiomas y culturas distintas varía mucho y esto, involuntariamente, refleja una cierta ambigüedad que existe también en la literatura científica (Gentile et al. 1996, Mack 2005, Russo 2012). Para empezar, no hay distinción entre el profesional que desempeña esta función de forma puramente oral (el intérprete) y el que lo hace en forma escrita (el traductor). Para continuar, tampoco se distingue entre el profesional con una formación específica, normalmente un joven italiano que ha cursado una carrera universitaria para ser intérprete, y una persona perteneciente a una minoría lingüística con o sin formación pertinente, normalmente un individuo inmigrado que se encuentra a desempeñar este papel en nuestro país, el mediador lingüístico-cultural propiamente dicho. Con respecto a esta figura, hay toda una serie de posibles definiciones que se emplean indistintamente entre las que destacan: mediador cultural, mediador intercultural, mediador lingüístico-cultural, operador de madre lengua, facilitador, intérprete lingüístico-cultural, intérprete de comunidad e intérprete para los servicios públicos (Belpiede 2002).
En 2008, con el grupo de investigación interuniversitario internacional Alfaqueque coordinado por la Universidad de Salamanca, Sara Bani y yo como componentes italianas del proyecto llevamos a cabo una breve investigación de tipo tanto cuantitativo como cualitativo para averiguar con qué frecuencia aparece el término ‛intérprete’ (empleamos este término como hiperónimo de los mencionados arriba) en la prensa italiana, y si se le reconoce como profesional con un papel bien definido dentro de nuestra sociedad.
Con el objeto de rastrear lo mejor posible el campo, buscamos las siguientes palabras: traduttore, traduttori, traduttrice, traduttrici, traduzione, traduzioni, interprete, interpreti, interpretazione, interpretariato, mediatore, mediatori, mediatrice, mediatrici, mediazione, mediazione culturale, mediatore culturale, mediatori culturali, mediatrice culturale, mediatrici culturali. Sara Bani buscó frecuencias en la edición en línea de un diario de largo tiraje como L’Unità desde mayo de 2001 hasta febrero de 2008. Estos fueron los resultados:
traduttore | 66 |
traduttori | 29 |
traduttrice | 29 |
traduttrici | 0 |
traduzione | 837 |
traduzioni | 56 |
interprete | 382 |
interpreti | 237 |
interpretazione | 432 |
interpretariato | 1 |
mediatore | 316 |
mediatori | 163 |
mediatrice | 14 |
mediatrici | 1 |
mediazione | 1092 |
mediazione culturale | 6 |
mediatore culturale | 3 |
mediatori culturali | 10 |
mediatrice culturale | 0 |
mediatrici culturali | 0 |
Tabla 1. Frecuencia de los términos en L’Unità 2001-2008.
A primera vista parece que la presencia del mediador y del intérprete en las noticias de este periódico es muy frecuente, según se desprende de los datos de este cuadro relativos a los dos términos y derivados (Tab. 1). En realidad, por mediazione se entiende el concepto más general de quien actúa para pacificar a dos individuos o bandos sin ninguna implicación interlingüística, como en el ejemplo que sigue:
L’Unità |
7/01/08 |
mediazione |
Sarkozy riaccende la diplomazia: accogliendo le preghiere dei figli, madre e marito di Ingrid Betancourt, comincia un pressing diplomatico su Uribe spingendolo ad allargare la speranza alla «mediazione del presidente Chávez», come suggerisce Piedad Córdoba, senatrice dell’opposizione colombiana. |
Tanto es así que cuando se ciñe la búsqueda añadiendo el término culturale, la frecuencia se reduce drásticamente. He aquí uno de los pocos ejemplos donde la palabra mediazione ha sido empleada en el sentido que nos interesa a nosotros:
L’Unità |
30/01/08 |
mediazione |
Medici senza frontiere chiede alle istituzioni di «garantire le condizioni minime di accoglienza a tutti gli immigrati impiegati nelle produzioni agricole» ed auspica che il servizio sanitario nazionale informi gli stranieri sui diritti alla salute oltre che fornisca loro di risposte sanitarie adeguate attraverso l'istituzione di ambulatori dedicati e di servizi di mediazione culturale. |
Lo mismo puede decirse del lema interpretazione: bajo este lema se entiende mayoritariamente una actuación artística o el acto de encontrar un sentido a una expresión, pero sin la acepción que nos interesa, como en el ejemplo siguiente:
L’Unità |
13/07/07 |
interpreti |
Le grandi religioni monoteiste non amano le donne. Gli interpreti integralisti di tutte le grandi religioni monoteiste non amano l’amore. |
Por el contrario, la frecuencia de casos es menor con la acepción buscada por nosotros, como en el caso siguiente:
L’Unità |
31/01/07 |
interpreti |
E il ritorno alla logica dei diritti e del rispetto delle dignità: nei Cpa e nei Cpt “svuotati” dovranno comunque essere garantiti «un numero sufficiente di operatori specializzati, un numero maggiore di interpreti e mediatori culturali, spazi di ascolto e dialogo privati, lontani dagli altri, perché il timore di vendette induce i più a tacere, forme di sostegno per coloro che versano in uno stato di fragilità o di rischio concreto di finire di nuovo nel giro della prostituzione o dell'abbandono sociale |
En cambio, los lemas traduzione y derivados y, el menos ambiguo, interpretariato nos brindan una idea quizás más real de la cantidad de veces en las que interviene un intérprete/traductor, mereciendo su actuación ser mencionada por la prensa: 1017 frecuencias para el primero y sólo 1 para el segundo. Otro dato interesante es que, según los periodistas, la traducción es una profesión mayoritariamente masculina: 95 casos para traduttore/traduttori frente a 29 para traduttrice/traduttrici. Esta imagen no se corresponde con la realidad, ya que a lo largo del tiempo se ha observado una progresiva feminización de la profesión: hoy el 70% de los que la ejercen son mujeres (Corriere Lavoro 29/6/2001). La misma tendencia ha sido confirmada por una reciente investigación del Servizio Politiche per l’Accoglienza e l’Integrazione Sociale de la Región Emilia Romaña “La mediazione interculturale nei servizi alla persona della Regione Emilia-Romagna”[6] en la que colaboró la Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e Traduttori mediante la participación de la graduanda Elena Francia (2009): sobre un total de 849 mediadores activos en la región, el 80,7% son mujeres y sólo el 19, 3% hombres.
Investigando ediciones de periódicos en línea, quisimos rastrear otro diario también de gran tiraje como el Corriere della Sera y escogimos un marco temporal más dilatado: desde enero 1992 hasta febrero de 2008. La búsqueda que llevé a cabo contemplaba un abanico de términos ligeramente más amplio para intentar recuperar también los artículos donde los términos mediatore/mediatrice e interprete aparecieran en el contexto de la mediación para inmigrantes, por ende, los binomios buscados no tomaban en cuenta la concordancia de género y número (por ejemplo: “mediatrice immigrati”. La búsqueda arrojó los resultados siguientes:
traduttore |
1460 |
traduttori |
765 |
traduttrice |
501 |
traduttrici |
31 |
traduzione |
9917 |
traduzioni |
1441 |
interprete |
10936 |
interpreti |
11220 |
interpretazione |
14606 |
interpretariato |
79 |
mediatore |
4097 |
mediatori |
1814 |
mediatrice |
309 |
mediatrici |
52 |
mediazione |
10798 |
mediazione culturale |
542 |
mediatore culturale |
182 |
mediatori culturali |
151 |
mediatrice culturale |
58 |
mediatrici culturali |
22 |
mediazione interculturale |
31 |
mediatore interculturale |
8 |
mediatori interculturali |
9 |
mediatrice interculturale |
4 |
mediatrici interculturali |
0 |
mediazione linguistico-culturale |
6 |
mediatore linguistico-culturale |
6 |
mediatori linguistico-culturali |
7 |
mediatrice linguistico-culturale |
2 |
mediatrici linguistico-culturali |
2 |
mediatore immigrato |
21 |
mediatore immigrata |
2 |
mediatore immigrati |
104 |
mediatore immigrate |
8 |
mediatori immigrate |
7 |
mediatori immigrati |
99 |
mediatori immigrato |
17 |
mediatori immigrata |
1 |
mediatrice immigrato |
3 |
mediatrice immigrata |
1 |
mediatrice immigrati |
23 |
mediatrice immigrate |
2 |
interprete immigrati |
152 |
interprete immigrato |
35 |
interprete immigrate |
3 |
interprete immigrata |
3 |
interpreti immigrati |
126 |
interpreti immigrato |
27 |
interpreti immigrate |
2 |
interpreti immigrata |
3 |
Tabla 2. Frecuencia de los términos en Corriere della Sera 1992-2008.
Las hipótesis avanzadas para los resultados de la búsqueda de Sara Bani en el diario L’Unità son también válidas para el Corriere della Sera: parece que interpreti y mediatori estén muy presentes en la prensa, pero en realidad la alta frecuencia de estos términos, por ejemplo, interpretazione y mediazione, se debe a una acepción semántica mucho más amplia. Focalizando la búsqueda en los ámbitos de nuestro interés mediante los lemas traduttore, traduttori, traduttrice, traduttrici, se observa che la frecuencia total suma 2.757 ocurrencias. Si se añaden traduzione y traduzioni, en el supuesto de oraciones que implican a un agente personificado que efectúe una traducción oral, o bien si en el artículo se menciona el acto de traducir entre dos idiomas, hay que añadir otras 11.358 ocurrencias, es decir, que el tema es indudablemente objeto de atención.
Si a los términos genéricos mediatore y mediazione se añaden los adjetivos que mejor desambiguan el uso de estos términos como culturale, interculturale y linguistico-culturale o se busca directamente interpretariato, se constata que la presencia en el periódico de estas figuras profesionales no es nada desdeñable: 1030 ocurrencias del primero y 79 del segundo. La misma tendencia se observa cuando se asocian los términos interprete y mediatore a immigrazione: los textos en los que aparecen son numerosos, sin olvidar, sin embargo, las ya mencionadas cautelas en cuanto a la frecuencia relevante para nosotros.
En todo caso, como ya anticipado, la referencia al intérprete/traductor/mediador se ciñe únicamente a su rol y, en algunos casos, a las condiciones de trabajo, pero nunca a sus características como persona.
Un panorama más pormenorizado sobre esta figura en la prensa italiana, que focaliza sus sectores de actividad, lo ofrecen dos tesis realizadas con la misma metodología en la Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e Traduttori (ahora Dipartimento di Interpretazione e Traduzione) de la Universidad de Bolonia con sede en Forlí: la tesis de Romina Serratore (2007) La figura dell'interprete nella stampa italiana: indagine sulla figura dell'interprete in quattro quotidiani italiani dal 2004 al 2007 y la de Lucia Capasso (2008) Parlare di traduzione: uno sguardo a quotidiani, associazioni professionali e corsi di laurea nel 2007.
Serratore (2007) ha analizado cuatro importantes diarios italianos: el Corriere della Sera, la Repubblica, Il Sole 24 Ore y La Stampa desde el 1 de enero de 2004 hasta el 31 de diciembre de 2007, tanto en versión electrónica como en papel, dependiendo de la accesibilidad del periódico. El objetivo era ver cómo y qué (relevancia, frecuencia y valoración) se ha dicho sobre el intérprete.
Cabe decir, como ya vimos, que en la prensa italiana no se hace una distinción muy rigurosa entre los términos intérprete, traductor y mediador que se utilizan muy a menudo como sinónimos.
Por lo tanto, para intentar dar cuenta de lo que aparece en los diarios de la forma más exhaustiva posible, la autora ha buscado los términos interprete, interpreti, interpretariato e interpretazione.
Empezamos ante todo a examinar los resultados encontrados para la palabra interprete y sus derivados, en el sentido de intérprete lingüístico (bajo el sentido más general del término salieron alrededor de 40.000 artículos). Se encontraron 246 artículos donde estos términos aparecen en los titulares (38 artículos) y/o en el texto del artículo. El análisis cualitativo realizado por Serratore (2007) en base a la lectura de los artículos ha llevado la autora a clasificarlos según tres macrocategorías: (a) formación, (b) profesión, (c) literatura y cinema. La segunda macrocategoría ha sido luego desglosada en las siguientes subcategorías: intérpretes en áreas de conflicto (la más cuantiosa), intérpretes en ámbito judicial, intérpretes en los servicios sanitarios, intérpretes en la Unión Europea, intérpretes en otros contextos y aspectos normativos de la actividad del intérprete.
Parece interesante ver los datos recogidos por Serratore (2007), en cuanto a la dimensión cuantitativa del fenómeno a lo largo de los cuatro años (fig. 1) y a la distribución por ámbitos de la figura del intérprete en los diarios examinados (fig. 2).
Figura 1. Tendencia global 2004-2007 (Serratore 2007: 15).
Los datos indican que la atención que le dedica la prensa en total se ha duplicado. Si se considera solo el periódico, la pauta no siempre es al alza; de todos modos, se observa que el periódico con más artículos pertinentes es aquel que se ocupa más de temas normativos y económico-financieros (Il Sole 24 Ore).
Figura 2. Distribución por ámbitos (Serratore 2007: 15).
El ámbito con más artículos es el de intérpretes en área de conflicto y esto nos recuerda el triste hecho de que son muchos los intérpretes que pierden la vida, o resultan involucrados en secuestros o accidentes, en el ejercicio de su función en los distintos escenarios de guerra. Siguen los que hablan de los intérpretes en el marco judicial y en la Unión europea, luego se localizan formación, cine, aspectos normativos de la profesión, intérpretes activos en el entorno social y de negocios, centros de salud, intérpretes de lengua de signos, contextos privados, diplomacia, literatura, deporte y, por último, viajes y turismo. Debido a su impacto sobre la sociedad, veremos en más detalle los ámbitos judicial y social.
Intérpretes en ámbito judicial: Este ámbito hace referencia a los juzgados y a las comisarías policiales. Serratore (2007: 25) encontró 30 artículos (13 en la Repubblica, 6 en Corriere della Sera, 8 en Il Sole 24 Ore y 3 en La Stampa) repartidos por temas relativos a asuntos económicos y asuntos profesionales. En los artículos del primer tipo, los intérpretes se quejan de que las remuneraciones son ínfimas[7] y de que, además, llegan con retraso. Un titular realmente preocupante por la gravedad de las consecuencias es el siguiente (Serratore 2007: 26): “Il pool antiterrorismo non ha soldi per pagare gli interpreti di lingua araba” (la Repubblica 26/10/2006). En el artículo se lee que la audiencia preliminar en un importante procedimiento sobre fundamentalismo subversivo tuvo que ser aplazada por falta de intérpretes y éste no es un caso aislado (Ibid.). En los artículos sobre aspectos profesionales se describen casos judiciales protagonizados o intervenidos por intérpretes; el más impresionante es el caso de una persona condenada a cadena perpetua por un error del intérprete. De los artículos se desprende, además que el profesional en su oficio puede entrar en contacto con asuntos potencialmente peligrosos para su incolumidad y, al mismo tiempo, de gran responsabilidad como datos sensibles, transferencias ilícitas de dinero o individuación de testaferros.
Intérpretes en ámbito sanitario: Sobre este tema la autora encontró sólo 13 artículos (9 en Il Sole 24 Ore, 2 en La Stampa, 1 en la Repubblica, 1 en Corriere della Sera) exclusivamente entorno a los intérpretes que proporcionan sus servicios como mediadores culturales a inmigrantes en centros de salud y hospitales. A pesar del hecho de que los servicios públicos y, en especial, los sanitarios todavía no cubran de forma homogénea en todo el territorio nacional la demanda de mediación lingüístico-cultural de los inmigrados (Rudvin 2002), hay casos positivos de entidades que ya emplean regularmente a intérpretes y mediadores como los Hospitales interculturales (Dallari et al. 2005, Baigorri et al. 2005), el servicio experimental de mediación ofrecido por el Hospital de Trento y Rovereto en el Norte de Italia en un amplio abanico de idiomas (árabe, albanés, serbo-croata-bosniaco, ruso, ucraniano, polaco, rumano, búlgaro, checo, macedonio, rom, chino, turco) y donde los intérpretes cuidan 24 horas al día las relaciones entre pacientes extranjeros y operadores sanitarios italianos, y la AUSL de Reggio Emilia que coordina la red de los Hospitales amigos del Inmigrante (Migrant-friendly Hospitals), propiciados por la Organización Mundial de la Salud.
La tesis de Lucia Capasso (2008) Parlare di traduzione: uno sguardo a quotidiani, associazioni professionali e corsi di laurea nel 2007 ofrece una amplia e interesante panorámica del empleo de los términos con raíz ‘trad-’ (traduttore, traduttori, traduttrice, traduttrici, tradurre, tradotto, tradotta, traduzione, traduzioni) desde un punto de vista más bien cuantitivo abarcando distintos sectores de uso: en la prensa, en los diccionarios, en las asociaciones profesionales y en los cursos de formación universitarios. Por lo que aquí nos concierne, nos ceñiremos a los datos sobre la prensa. Ante todo, cabe subrayar que el empleo de términos derivados de la raíz ‘trad-’ cubre un campo semántico amplio y, por consiguiente, se encuentra en casi 28.000 artículos en el mismo arco de tiempo de los cuatro periódicos considerados por Serratore (2007), es decir, 2004-2007. Por lo tanto, Capasso se ha limitado a examinar sólo el 2007 que cuenta 340 artículos. En el estudio se observa que los términos traduttore y traduzione se utilizan como sinónimo de interprete/interpretazione (en 27 artículos) y, en el caso de transposición oral del mensaje, en lugar de mediatore/mediazione.
Si se dividen los 340 artículos en base a los ámbitos implicados (Capasso 2008: 91 y ss.), en el primer lugar se encuentra “Historia y literatura” (30% con 101 artículos), seguido por “Relaciones internacionales y política” (23% con 79), “Social” (21% con 72), “Ocio” (15% con 51), “Economía” (10% con 33) y, finalmente, “Formación” (1% con 4).
De este panorama se destaca que la traducción y el papel del traductor siguen estando principalmente relacionados con la labor literaria y diplomática, pero el sector “Social” le sigue muy de cerca (ocupa el tercer lugar), lo que significa que esta habilidad, evidentemente, empieza a ser muy necesitada. Se nota también que el mismo lema se utiliza tanto cuando el artículo menciona una transposición de lengua escrita a lengua escrita (22 artículos) como cuando se habla de transposición de lengua oral a oral (25 artículos), en cuyo caso hubiera sido más adecuado emplear los lemas intérprete/interpretación y mediador/mediación. Pero, como ya se mencionó, en el uso común no son muchos los que distinguen rigurosamente estas distintas modalidades de transferencia lingüística a nivel léxico.
3. Conclusiones
A lo largo del tiempo, el interés de la prensa por los intérpretes ha desplazado su foco. Al principio procuró poner de relieve al intérprete como mito, destacando sus habilidades excepcionales y proyectando una imagen casi leyendaria de él/ella como persona. Luego, a medida de que la profesión iba difundiéndose y salía de las sedes prestigiosas de las organizaciones internacionales para responder a las necesidades de mediación lingüístico-cultural en ámbitos menos glamorosos pero igual de cruciales como hospitales, juzgados, comisarías, servicios sociales o centros escolares, la atención se ha focalizado más en noticias sobre la profesión del intérprete y sus funciones o bien disfunciones, cuando no se garantiza el servicio o cuando quien desempeña este papel no está a la altura de los estándares requeridos por la situación comunicativa.
En este sentido, hablar de los intérpretes, es decir, de profesionales que intervienen en las fronteras lingüísticas, socio-culturales y psicológicas entre individuos de distinto origen y a veces capa social, quiere decir también poner de manifiesto las injusticias del sistema. Éste es el caso, por ejemplo, cuando no se garantizan los derechos de las víctimas y de los imputados como aconteció en un proceso por un accidente mortal en el puesto de trabajo: «Mentre può accadere che a un’udienza del processo per la strage operaia alla Thyssen gli imputati tedeschi abbiano chiesto di avvalersi della facoltà di non rispondere a causa della mancanza di un servizio di traduzione» (L’Unità 2/10/2010) o cuando no se reconoce la profesionalidad y la dignidad de estos cruciales facilitadores de la comunicación interlingüística, cuya responsabilidad puede ser aplastante, negándoles una remuneración y unas condiciones laborales adecuadas a los desafíos a los que tienen que enfrentarse.
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Notas
[1] La prensa creó la imagen del intérprete donde éste es exclusivamente el resultado del azar y de una mezcla de características que sólo unos pocos en todo el mundo poseen: cualidades lingüísticas excepcionales junto con un elevado CI y una mente rápida (Trad. orig.).
[2] Los intérpretes de Rabinovitch (Jefe de la División de Interpretación, N.d.T.) son personalidades culturalmente divididas, desarraigadas por guerras, pogroms, revoluciones y terremotos económicos, e infundidas de una cierta wanderlust (pasión por los viajes, N.d.T.) que les llevó a vagar por todo el mundo coleccionando idiomas y reputaciones en un increíble número de sectores. A pesar de que personas maldispuestas contra la División la denominaron receptáculo para inadaptados, sobran las buenas razones para valorar este extraño colectivo de profesionales. Mediante distintas ocupaciones iban ganándose la vida a medida de que iban absorbiendo la cultura y los idiomas de los países que ahora interpretan. [...] Por lo menos un tercio ha conseguido el título de doctor. [...] Rasca a un intérprete de la ONU y te encontrarás con un compositor y con un ingeniero de gestión, un estadístico y una ama de casa, un abogado y un vendedor de cosméticos, una mecanógrafa y un antiguo vice-consul americano, además de una buena cincuantena de otras profesiones (Trad. orig.).
[3] Hay amplio consenso sobre el hecho de que los intérpretes son más neuróticos que la mayoría de los trabajadores intelectuales, porque están frustrados. El intérprete tiene que aunar en su trabajo todas las cualidades intelectuales del líder. Luego descubre que es sólo un portavoz –una celebridad de segunda mano. Se refugia en todo tipo de panaceas y aficiones –conseguir títulos académicos, traducir libros, participar en torneos de bridge, ajedrez y canasta, descifrar escrituras cuneiformes babilónicas y componer música (Trad. orig.).
[4] Véase: http://archiviostorico.corriere.it/2001/giugno/29/Noi_professionisti_delle_lingue_carte_cl_0_0106291944.shtml
[6] Véase: http://www.integrazionemigranti.gov.it/mediazione/EmiliaRomagna/Documents/emilia%20romagna%20report-ricerca-mediatori-interculturali.pdf
[7] Ogni vacazione è pari a due ore: quindi per un incarico durato 6 ore, si deve chiedere il pagamento di tre vacazioni. Non sono ammesse più di quattro vacazioni giornaliere (pari ad otto ore lavorative). L’onorario della prima vacazione è pari a € 14,68, mentre per quelle successive l’importo scende a € 8,15 (art. 1, comma 1 D.M. Giustizia 30/5/2002). È previsto l’aumento sino al 20% degli onorari se il magistrato dichiara l’urgenza dell’adempimento con decreto motivato, (art. 51 DPR 115/02) ovvero il loro raddoppio se trattasi di perizia di eccezionale complessità o importanza (art. 52 DPR 115/02). http://www.procuravenezia.it/modules/informazioni/index.php?id=33
©inTRAlinea & Mariachiara Russo (2013).
"El intérprete en la prensa"
inTRAlinea Special Issue: Palabras con aroma a mujer. Scritti in onore di Alessandra Melloni
Edited by: Maria Isabel Fernández García & Mariachiara Russo
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