La competencia documental en el aprendizaje de la traducción económica francés-español-francés

Estudio de caso

By Áurea Fernández Rodríguez (Universidade de Vigo, Spain)

Abstract

English:

This work is limited to the study of two specific cases related to two opposing concepts (antonyms) that are frequently used in the analysis of stock markets both in the Spanish and French press. The concepts are sale-purchase or rise-fall with their designations used in Spanish and French, and are part of a larger project that includes the preparation of a stock exchange glossary which we intend to keep constantly updated. Dynamism is a characteristic of economic and financial language and we intend to perform the following actions through it: teach how to resolve specific translation problems, demonstrate that dictionaries do not always offer the most appropriate word and therefore apparently simpler problems need to be resolved through other resources, offer guidelines for future professionals to help them develop their own translation tools in accordance with their needs and those of the target audience of the translation.

Spanish:

En este trabajo trataremos de limitarnos al estudio de dos casos concretos relacionados con dos conceptos opuestos (antónimos) muy utilizados en los análisis de los mercados de valores tanto en la prensa española como en la francesa. Se trata de venta-compra o bajada-subida con sus diferentes denominaciones en español y francés sacadas de un proyecto más amplio que incluye la elaboración de un glosario sobre la Bolsa que procuramos mantener en constante actualización. Pues el dinamismo es una característica del lenguaje económico y financiero. Con ello pretendemos enseñar a resolver problemas puntuales de traducción, demostrar que en traducción económica y financiera los diccionarios no ofrecen la denominación más correcta y que problemas, aparentemente sencillos, han de solucionarse con otros recursos. Así mismo ofrecemos pautas para que los futuros o futuras profesionales sepan crear sus propias herramientas de ayuda a la traducción, en función de sus propias necesidades o de las de los destinatarios a los que va dirigida la información.

Keywords: translation problems, translation tools, stock markets, traducción, problemas, herramientas, mercado de valores

©inTRAlinea & Áurea Fernández Rodríguez (2015).
"La competencia documental en el aprendizaje de la traducción económica francés-español-francés Estudio de caso"
inTRAlinea Special Issue: New Insights into Specialised Translation
Edited by: Daniel Gallego-Hernández
This article can be freely reproduced under Creative Commons License.
Stable URL: https://www.intralinea.org/specials/article/2142

1. Introducción

Entre las principales competencias que han de adquirir los traductores y traductoras de textos especializados en general y de textos económicos y financieros, en particular, ocupa un lugar de preferencia la competencia documental. Consideramos que la competencia documental es aquella que permite lograr los conocimientos necesarios sobre el ámbito temático, la terminología y la fraseología específicas, las convenciones textuales del género (Hurtado Albir 2001: 62), y por consiguiente, las habilidades necesarias para resolver problemas conceptuales o terminológicos que se le presenten al mediador. Ahora bien, conseguir una amplia competencia documental en lo que se suele conocer como ámbito económico no es tarea fácil ni para el traductor profesional ni para los formadores y formadoras encargados de preparar a los futuros traductores e intérpretes.

En relación con la enseñanza de la traducción económica existen numerosos trabajos de investigación en los que los profesores manifiestan su preocupación por buscar estrategias docentes para satisfacer las necesidades de los futuros traductores y traductoras. Buena parte de esos análisis cuyo “objetivo es que el alumno/futuro traductor poco a poco adquiera y desarrolle la competencia necesaria para llegar a ser un buen profesional de la traducción en el ámbito económico de divulgación” (Lobato et al. 2010: 77) surgen de sus propias experiencias didácticas. Otros han considerado necesario crear un protocolo de evaluación de recursos terminográficos con el propósito de optimizar la fase de documentación en traducción especializada (Fernández et alii 2009). Para mejorar la adopción de decisiones de traducción de su alumnado y ante la carencia de recursos apropiados, todavía hoy se considera imprescindible “seguir evaluando los recursos terminológicos de los que dispone el traductor” (Gallego-Hernández 2014a: 146) u ofrecer propuestas docentes para que los estudiantes puedan identificar y comprender la terminología económica (Gallego-Hernández 2014b, Gallego-Hernández 2014c). Obviamente, la correcta comprensión e interpretación de la información que vehiculan los textos económicos aunque sean de divulgación precisa conocer algunos conceptos básicos. De ahí que los docentes e investigadores se centren en el proceso de adquisición de una buena competencia documental en el aula de traducción económica (Delgado 2011) sin la cual difícilmente se podrían resolver muchos problemas terminológicos.

En este trabajo tratamos de ofrecer algunas instrucciones para resolver problemas puntuales de traducción económica francés-español-francés a los alumnos que cursan esta asignatura en el Grado de Traducción e Interpetación de la Universidad de Vigo. Nos serviremos de diferentes ejemplos prácticos dentro del área del mercado de renta variable para comparar los resultados que ofrecen los recursos lexicográficos con otras fuentes. Nuestro objetivo consiste en demostrar que en traducción económica y financiera los diccionarios pueden ser herramientas de fácil consulta que brindan soluciones rápidas pero no son siempre las más fiables para resolver problemas terminológicos en un ámbito tan dinámico y extremadamente complejo como resulta ser el mundo de la economía. Para trasladar conceptos aparentemente sencillos como “salida a Bolsa”/”salida de la Bolsa” y “subida”/”bajada”, muy utilizados por los redactores de los análisis en informes mensuales o anuales de los organismos supervisores o simplemente en análisis bursátiles publicados en la prensa española o francesa, hay que acudir a otros recursos como los corpus ad hoc de textos originales, glosarios y/o léxicos elaborados a partir de los mismos. Así mismo tratamos de guiar al alumnado de traducción e interpretación en su toma de decisiones y ofrecer pautas para que aprendan a crear sus propias herramientas de ayuda a la traducción.

La elección de estos conceptos viene motivada por los desafíos con los que tiene que enfrentarse el/la docente a la hora de impartir la asignatura de traducción económica y el alumnado para superar las numerosas dificultades en los encargos de traducción económica y financiera en la combinación español-francés-español, tanto en traducción directa como en inversa y entre nativos de las dos lenguas. Dado que abordamos la cuestión desde una perspectiva fundamentalmente orientada hacia la formación de traductores conjugamos tres puntos de vista: el del lingüista, el del traductor y el del traductólogo con la intención de priorizar la didáctica y el control de calidad en traducción, las herramientas de trabajo del traductor o de la traductora, y los aspectos éticos y deontológicos de la traducción (Scarpa 2010: 91).

2. Metodología

Una vez elaborados dos corpus bilingües, uno con fragmentos de textos alineados con los originales y sus correspondientes traducciones francés-español y español-francés, y otro corpus bilingüe comparable (L’Homme 2004: 133), nuestro trabajo de campo implica tres tipos de actividades que resumimos a continuación. En una primera fase se analizan los errores de traducción, comparando los fragmentos de los textos de origen (TO) con varias traducciones (TM) que han realizado distintos traductores en fase de aprendizaje con el objetivo de detectar el tipo de problema (si está relacionado con la lengua de origen o si, por el contrario, se trata de errores que afectan a la lengua de llegada). A continuación se recurre a un corpus comparable de textos recuperados de la prensa digital que el propio alumnado ha creado previamente, siguiendo las indicaciones pertinentes y después de unas lecturas sobre recuperación y descarga de corpus.

Sobre la definición, utilidad y metodología para la compilación ad hoc de corpus, encontramos amplias indicaciones en la obra de Daniel Gallego-Hernández titulada Traducción económica y corpus: del concepto a la concordancia. Aplicación al francés y al español (2012) donde se recuerda lo siguiente:

Respecto de la utilidad de la lingüística de corpus aplicada a la práctica de la traducción, los investigadores tienden a subrayar su carácter complementario respecto de otros recursos, como diccionarios o glosarios en la medida en que los corpus pueden ofrecer información no solo de tipo temático-conceptual, sino de tipo término-fraseológico, en muchas ocasiones no incorporada en los productos lexicográficos (Gallego-Hernández 2012: 139)

Efectivamente, nuestros aprendices traductores deben resolver, en este caso, problemas que las fuentes lexicográficas no les han permitido solucionar de manera satisfactoria. Sin embargo, podrán corregir sus errores en las dos combinaciones lingüísticas con las que trabajan, a saber francés-español y español-francés, gracias a un recurso que ellos mismos han creado, es decir, un corpus de textos originales en francés y un corpus de textos originales en español. Además de observar algunas características propias de la traducción económica, esta tarea les familiariza con los criterios de compilación de textos paralelos para su explotación. A pesar de que los traductólogos no conciben los textos paralelos por igual, consideramos que su utilidad para nuestro propósito —formación de aprendices traductores que desconocen el ámbito temático y que deben resolver problemas terminológicos propios de un área temática concreta— resulta más efectiva cuando los textos que conforman este corpus comparten algunas características similares básicas como: adecuarse al proyecto, compartir un nivel de lengua afín, abordar el mismo tema, asegurar los criterios de actualidad y autenticidad, contar con una muestra de textos suficientemente representativa, ser publicados en una fecha muy próxima y durante un periodo que permita contrastar la variación terminológica. Si además nuestro proyecto contempla el estudio de las variantes diatópicas, también debemos considerar textos generados en diferentes culturas de una misma lengua (Fernández 2013: 38-39). Con estos textos los traductores pueden comprobar el uso real de los términos especializados y su correspondencia semántica con unos equivalentes determinados en los discursos profesionales de la lengua meta. Además nos ofrecen información sintagmática (colocaciones, comparaciones, expresiones metafóricas, locuciones, etc.) o información paradigmática (sinónimos, antónimos) que no hallamos en todas las herramientas terminográficas.

En la tercera fase, se comparan los resultados de las traducciones iniciales con la terminología utilizada en los textos del corpus comparable para así identificar las estrategias de traducción que nos permitan realizar las modificaciones pertinentes y mejorar los resultados obtenidos inicialmente. Además de necesitar principios funcionales esenciales, del tipo ¿a quién va destinada la traducción?, ¿cuál es el objetivo del texto de origen?, ¿cuál es el objetivo del texto meta?, ¿cuál es el tema?, el alumnado ha de saber dónde encontrar los indicios pertinentes que los guíen en su toma de decisiones, tanto a nivel macrolingüístico como microlingüístico (Scarpa 2010: 93).

3. El compromiso del traductor con la terminología específica

Cuando el traductor o traductora, sea aprendiz o profesional, tropieza con un concepto que desconoce puede adoptar diferentes grados de implicación o de compromiso con la terminología. María Teresa Cabré (2004: 19), una de las voces más autorizadas en cuestiones de terminología en nuestro país, señala cuatro niveles que hemos aplicado en nuestro trabajo de campo para analizar la relación entre el comportamiento del traductor o de la traductora con los resultados obtenidos. En el primer nivel consulta diccionarios sobre el tema, recurre a bancos de datos o busca en servicios de consulta terminológica. Si encuentra una forma que le convenza habrá resuelto su problema. Sin embargo, se puede dar el caso de que las soluciones que les ofrecen las herramientas lexicográficas consultadas no son las apropiadas y no permiten resolver el problema puntual que presenta el texto. Por ejemplo, para traducir “letras del Tesoro”, “bono” y “obligación” conviene conocer la especificidad que los diferencia. Una fuente que nos permite buscar por especialidad (finanzas) como Le grand dictionnaire terminologique (GDT) incluye información gramatical y definiciones para algunas entradas en francés relacionadas con estos términos, pero no soluciona el problema que plantea el texto que hay que traducir. En la definición de “obligation” se puede leer : “titre de créance négociable émis par une société ou une collectivité publique dans le cadre d’un emprunt et remis au prêteur, appelé obligataire, en représentation de sa créance”. Si acudimos a la entrada de “bon” podemos incluso caer en un error ya que encontramos varios sinónimos: “billet à ordre n. m.; obligation n. f.; billet n. m.; effet n. m.; bon n. m.”. También añade equivalencias en el inglés del Reino Unido (bond), de Estados Unidos (note), y en castellano “letra” y “bono”, cuya autoría está atribuida al Fondo Monetario Internacional (2011). El servicio de consultas terminológicas Termcat en la entrada de “bon” (en catalán) propone dentro del área de la economía, empresa y mercados financieros la solución en castellano, tres en inglés y una en francés: “obligation”, pero la definición se revela a todas luces insuficiente para los aprendices porque en ningún caso les aclara la diferencia entre las dos denominaciones. La base de datos multilingüe de la Unión Europea (IATE) muestra, en cambio, una diferencia entre “bonos” y “obligaciones” en español: “En el ámbito de la deuda pública IATE: 774127, los bonos del Estado se emiten a plazos de entre 2 y 5 años y las obligaciones a plazos superiores a los 5 años (Ministerio de Economía y Hacienda de España, Tesoro Público: Glosario http://www.tesoro.es/sp/deud...)”. Sin embargo, el problema persiste porque el texto original de partida en español no menciona ni los “bonos a 5 años” ni las “obligaciones” sino que utiliza “bonos a 10 años”.

Comprobamos que estas fuentes introducen algunos indicadores esenciales de fiabilidad como la especialidad, la definición o la información gramatical, pero no nos resuelven el problema de traducción planteado ya que el término que hay que traducir al francés es “bonos a 10 años”. Como en las herramientas lexicográficas consultadas no se hace referencia al uso de bonos y obligaciones en las dos culturas, los estudiantes han optado por una traducción literal, “bons à 10 ans”.

Ahora bien, para que se cercioren de que se trata de la denominación utilizada habitualmente por los especialistas, se les solicita una nueva verificación mediante una búsqueda en los textos originales en francés que forman parte del corpus comparable creado. Al cotejar su solución con las formas usadas por los especialistas, nuestros aprendices constatan que la expresión no aparece documentada en ninguno de ellos. Sospechan que su solución no es la correcta y deberán seguir buscando en otros recursos.

En el segundo nivel, cuando el mediador no consigue encontrar una forma oficial en las fuentes consultadas, puede proponer una unidad neológica para cubrir el vacío en la lengua de llegada. Esto sucede con frecuencia cuando se introduce un concepto desconocido. La crisis que estamos viviendo desde las hipotecas basura o subprime hasta la de “la deuda soberana” o “deuda de país” nos ha traído diferentes conceptos que desconocíamos los ciudadanos europeos ya que la mayoría proceden de la cultura económica y financiera estadounidense, la economía de referencia al situarse a la vanguardia de las innovaciones.

Para poder dominar la terminología usada en el área en cuestión el traductor o la traductora decide adquirir competencias cognitivas sobre el tema, recopila los términos en textos sobre dicho tema para elaborar una base de datos o un glosario que le va a servir para resolver un problema de traducción “de forma coherente con la forma de resolver otros problemas parecidos que ha encontrado anteriormente” (Cabré 2004: 108). Así mismo observa el comportamiento de los términos para guiar las propuestas neológicas que realice y cubrir vacíos denominativos en la lengua de llegada o diferencias en las denominaciones. En este tercer nivel verifica el uso real de los términos y constata que allí donde el español usa “bonos a 10 años”, el francés opta por “obligations”; y donde el español emplea “Letras del Tesoro”, el francés utiliza “Bons du Trésor”. De la misma manera, las expresiones “crisis de las hipotecas basura” o “crisis de las hipotecas de alto riesgo” cuentan en la prensa francesa con unas dieciocho variantes entre las que se encuentran “crise des crédits hypothécaires à risque” o “crise des prêts hypothécaires à risque”, pero nunca “*crise des hypothèques à risque”. Por el contrario, esta última sí se puede leer en la prensa francófona quebequense o belga. Estos casos de variantes diatópicas también exigen formación para poder elegir la denominación adecuada a la cultura a la que va dirigido el texto traducido.

En el cuarto nivel situamos al traductor o traductora que utiliza la información terminológica del banco de datos procedente de la recopilación de los textos especializados originales en nuestro caso y no traducidos como propone Cabré (2004) porque evitan caer en posibles interferencias. Para resolver vacíos de denominación el traductor o traductora también puede acudir a propuestas denominativas que ha hecho él mismo o ella misma. Si además de almacenarlas consigue editarlas en forma de glosario para que sirvan a otros traductores que trabajen en la misma temática se puede convertir en “terminólogo sistemático”, pero “conviene que conozca la metodología de la búsqueda sistemática monolingüe y plurilingüe” (Cabré 2004: 108).

Nuestro cometido consiste en que al final del programa de formación los aprendices sean capaces de reconocer, representar y resolver de forma eficaz el problema detectado en la etapa de traducción o en la de la revisión. Ahora bien, para recopilar, observar y dominar los conceptos, reconocerlos y saber manejar los mismos elementos léxicos que utilizan los expertos consideramos que resulta imprescindible no solo comprometerse con la terminología sino alcanzar un buen conocimiento sobre el área temática que se trata, en nuestro caso el mundo bursátil. Los aprendices traductores comprueban de primera mano que documentación y terminología son dos aspectos indisociables y fundamentales en la práctica de la traducción de textos económicos, y que la creación y explotación de corpus ad hoc les permiten desarrollar esas competenias esenciales. Por ello deben disponer de algunas nociones teóricas sobre el papel que desempeña la Bolsa en el sistema económico actual y que resumimos a continuación.

4. La Bolsa como área temática de estudio en traducción económica

Tradicionalmente la Bolsa ha sido considerada como uno de los barómetros más sensibles de la economía. “Si la Bolsa va bien, España va bien”, defendía ya Álvarez Mendizábal (1790-1853) en 1836, en su afán de estimular la Bolsa con la venta de los bienes de la iglesia, lo que se conoce como “Desamortización de Mendizábal”. Sin embargo, esta forma de hacer dinero para costear las guerras carlistas y sanear la deuda pública no era del agrado de todos. En su artículo político, “El gobierno y la bolsa”, publicado el 7 de marzo de 1836, Espronceda (1808-1842) se muestra muy crítico con el espíritu financiero de las reformas, en las que el Gobierno confunde los intereses nacionales con los de la Bolsa.

En cualquier caso, la Bolsa es un término conocido por todos nuestros estudiantes pero pocos saben cómo funciona, cuáles son los actores que intervienen en su funcionamiento, qué se negocia, cuál es su relación con los demás mercados financieros o cuál es su impacto en la economía de un país o en el sistema económico actual de capitalismo globalizado, en un mundo dominado, como dice Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, por el poder financiero.

La Bolsa es un mercado oficial y organizado en el que intervienen diferentes actores: a) las empresas emisoras cuyas acciones se compran y se venden (de ahí que se hable de compraventa y de transacción); b) los inversores individuales cuyos ahorros se utilizan, directa o indirectamente, para comprar y vender los productos financieros que pueden convertir en dinero en el momento que lo deseen; c) los intermediarios financieros, los que ofrecen sus servicios para que los inversores compren o vendan; y d) los organismos supervisores con la intervención más o menos directa del Gobierno. En definitiva, la Bolsa es una fuente de financiación muy importante para las empresas, un excelente medio para su mejor funcionamiento y crecimiento, y es el “único mercado financiero donde públicamente, y de forma regulada y transparente, los que ahorran están en contacto directo con los que necesitan ese ahorro para financiar proyectos” (Álvarez 2005: 45). La Bolsa facilita por lo tanto la movilidad de la riqueza y cumple una función esencial en el crecimiento de la economía al canalizar el ahorro hacia la inversión productiva.

El precio de los diferentes activos financieros (obligaciones, bonos y acciones) que hayan emitido tanto las empresas privadas como el Estado, Comunidades Autónomas u Organismos Públicos varía según la oferta y la demanda. A mayor demanda, mayor valor del producto e inversamente, cuando el volumen de la oferta excede la demanda, el precio suele bajar. En este sentido se puede considerar que el valor del producto resulta más objetivo puesto que se corresponde con el valor que “el mercado” está dispuesto a dar por él.

¿De qué depende la posición de los inversores? Además de factores psicológicos y de los propios resultados de las empresas cotizadas, las Bolsas tienen otras referencias que influyen en su comportamiento: el precio del petróleo, los tipos de interés, los tipos de cambio monetario así como índices globales o macroeconómicos diferentes y variados que se utilizan para medir la evolución económica a medio y largo plazo: la balanza comercial, la confianza de los consumidores, la inflación, el IPC, el PIB, etc. Para que todos los actores que intervienen en el mercado tengan las mismas oportunidades deberán contar con una información clara y rápida sobre todos estos factores que pueden influir en su funcionamiento. Dado que la transparencia informativa es un compromiso constante de la Bolsa, el traductor desempeña un papel fundamental en la transmisión de ese conocimiento o información que se ha de intercambiar con la mayor transparencia posible.

5. Estudio de caso dentro del ámbito de la Bolsa

5.1. “Introductions en Bourse”

Veamos en traducción directa el caso de “introductions en Bourse” en el fragmento siguiente extraído del diario francés Les echos:

Le troisième est plus technique : après avoir bloqué les introductions en Bourse pendant plus d’un an, le régulateur chinois vient de rouvrir les vannes massivement - déjà 31 sociétés se sont vu autoriser une cotation. Les investisseurs s’inquiètent donc de savoir si l’offre de capital sur les Bourses de Shanghai et Shenzhen, déjà structurellement déprimées, va être à la hauteur de cette subite envolée de la demande. Si tel n’est pas le cas, c’est l’ensemble des cotations qui pourrait en pâtir. (Grésillon, Gabriel et Yann Rousseau: 07/01/2014).

En los artículos periodísticos de la prensa española prevalece la expresión “salida a Bolsa” con diferentes denominaciones alternativas como “salida al parqué”, “salida a cotizar”, “iniciar su andadura en Bolsa” u otras variaciones detectadas no solo “en el núcleo terminológico (salir al mercado o salir al parqué) sino también variantes morfosintácticas “salir a la bolsa, dar el salto a la bolsa)” reseñadas por el profesor Gallego-Hernández (2014c: 49) y que le lleva a concluír “que el esfuerzo cognitivo que el lector de prensa salmón debe hacer para comprender […] es especialmente importante, debido a la vaguedad terminológica que caracteriza a la economía en general. En consecuencia, quizá quepa afrontar su eneseñanza aprendizaje haciendo énfasis en los aspectos terminológicos” (Gallego-Hernández 2014c: 50). En cualquier caso, estas formas se oponen a otras del tipo “salida de la Bolsa” o “dejar de cotizar en Bolsa” y los traductores deben conocerlas. Sin embargo, las dos versiones españolas que nos ofrecen los mediadores en los fragmentos siguientes delatan desconocimiento del concepto especializado y de las diferentes denominaciones localizadas en los textos originales:

Opción 1
El tercer factor es más técnico: después de haber bloqueado las introducciones en la Bolsa durante más de un año, el regulador chino acaba de reabrir las válvulas de forma masiva. Se sabe de 31 empresas que ya han autorizado una cotización. Por lo tanto, los inversores se preocupan por saber si la oferta de capital en las Bolsas de Shanghái y Shenzhen, que están estructuralmente deprimidas, estará a la altura de este aumento repentino de la demanda.

Opción 2
El tercero es más técnico, después de haber bloqueado la introducción en Bolsa durante más de un año, el regulador chino acaba de reabrir las compuertas de forma masiva, ya son 31 sociedades las que han podido cotizar. Por lo tanto, los inversores se preocupan por saber si la oferta de capital en las Bolsas de Shanghái y Shenzhen, ya deprimidas estructuralmente, va a estar a la altura de este súbito aumento de la demanda.

5.2. Hausse-baisse

Los dos conceptos (hausse-baisse; subida-bajada) relacionados con las negociaciones de compra y venta de instrumentos de inversión en los mercados de valores cuentan con un nutrido listado de denominaciones alternativas en los análisis bursátiles de la prensa en las dos culturas, española (ES) y francesa (FR) que nos ocupan. En el titular de la sección de inversión en Expansión leemos: “El rebrote de la crisis subprime ahoga al parqué de Wall Street” (Checa F.R.:15/09/2008). A su vez, Gabriel Grésillon y Yann Rousseau titulan otro artículo en Les echos: “Cette nuit en Asie: la Bourse chinoise a le blues” y el artículo continua:

L’indice composite de la Bourse de Shanghai a chuté de 3,3% depuis le début de l’année, une contre-performance qui ne s’était pas vue depuis 2002.
Mauvais début d’année à la Bourse de Shanghai qui, depuis le début de l’année, enregistre sa pire contre-performance depuis 2002 (07/01/2014)

La abundante sinonimia terminológica que caracteriza los análisis bursátiles y en los que los términos requieren la máxima precisión conceptual resulta un escollo dificil de resolver para aquellos aprendices traductores que carecen de conocimientos suficientes sobre el ámbito temático. Sus repetidos errores convierten el resultado en un texto meta que no resulta idiomático como manifiestan las opciones castellanas que se corresponden al fragmento del artículo siguiente:

C’est le premier gros avertissement de l’année, la Bourse de Paris a chuté de 2,79 % à 4.161 points. L’indice CAC40 n’avait pas été aussi malmené par les investisseurs depuis le 3 décembre dernier, date à laquelle il avait perdu 2,65 %. Mais les autres places européennes n’échappent pas au mouvement de repli. Le Dax a perdu 2,48 %, Londres 1,62 %, Zurich 2,42 % et Milan 2,30 %. La Bourse de Madrid ferme la marche avec un repli de 3,64% (Fay, P. 24/01/2014)

Opción 1
La primera gran noticia del año es la caída de la Bolsa de París, que pasa de un 2,79% cerrando con 4 161 puntos. El índice CAC40, el selectivo de la bolsa de París, no había sufrido niveles tan alarmantes por parte de los inversores desde el pasado 3 de diciembre, fecha en la que había perdido un 2,65%. Sin embargo, las otras bolsas europeas tampoco se quedan al margen del movimiento de repliegue. El Dax perdió un 2,48%; Londres un 1,61%; Zúrich un 2,42%; Milán un 2,30% y la Bolsa de Madrid cerró con un repliegue del 3,64%.

Opción 2
Es la primera gran advertencia del año, la Bolsa de París ha descendido un 2,79 % hasta los 4.161 puntos. El CAC 40 no había sufrido tantas críticas por parte de los inversores desde el pasado 3 de diciembre, fecha en la cual perdió un 2,65 %. Pero los demás países europeos no se libran de la recesión. El Dax ha perdido un 2,48 %, Londres un 1,62 %, Zúrich un 2,42 % y Milán un 2,30 %. La Bolsa de Madrid cierra el grupo con una recesión de un 3,64 %.

Los textos originales tanto en español como en francés brindan todo tipo de expresiones y vocablos especializados que manejan habitualmente los comunicadores y que permiten crear una rica lista de sinónimos tanto de signo positivo como negativo. Bastan algunos ejemplos sacados del corpus para hallar las formas más utilizadas en la prensa de las dos culturas y que permiten solucionar los problemas de traducción anteriormente señalados. Unos designan el signo positivo de la bolsa con sus diferentes matices: “Realia se ha anotado hoy la segunda mayor subida de la bolsa al dispararse un 11,6 %”; “El Ibex rebota”; “Wall Street cerró hoy con ligeras ganancias” (ES); “La publication du chiffre d’affaires trimestriel a été profitable à l’action Carrefour qui a ouvert la séance en hausse de 4,5 % à 16,76 euros. Ce rebond permet au titre très éprouvé ces derniers temps de réduire à 5 % son repli depuis le début de l’année”; “Le Cac 40 grappille 0,1% à 4.370,84 points” (FR). Otros definen la tendencia negativa: “El desplome de las divisas emergentes y en especial del peso argentino ha provocado el derrumbe del Ibex”; “El Ibex 35 sufre una ligera corrección del 0,20% y cierra en 14.228 puntos”(ES)/”Après la correction des derniers jours, cette saison des résultats pourrait permettre un redressement des indices boursiers”; “Vers 12h, Paris dévissait de 2,14%, Francfort de 1,74%, Londres de 1,68%. Milan plongeait de plus de 5% et Madrid de 5,4%. Athènes de son côté dégringolait de 6%.”(FR). Merecen ser conocidas igualmente las diferentes denominaciones y posibles equivalencias para designar la tendencia plana: “Pese al ánimo alcista inicial, los índices borran las subidas y se quedan planos al alcanzar la media sesión de la jornada en una jornada sin datos macro de importancia” (ES)/ “La tendance reste inchangée en Bourse […] ouverture stable” (FR). Se pueden extraer así otras unidades terminológicas totalmente fiables para elaborar fichas con parámetros esenciales que solucionan muchos problemas conceptuales y terminológicos puntuales que el traductor novel sería incapaz de solventar con las herramientas terminográficas tradicionales.

6. Conclusiones

Si hacemos balance de los errores que cometen nuestros aprendices traductores al iniciar las clases de traducción económica, constatamos que hay una serie de carencias que se suelen repetir. Por ello hemos decidido realizar un estudio de campo para diagnosticar los problemas y dificultades que presentaban los textos así como las deficiencias del alumnado con el objetivo de diseñar un método de enseñanza-aprendizaje más eficaz. Efectivamente, el traductor de textos económicos ha de contar con

unos conocimientos especializados relativos tanto a los esquemas conceptuales propios del campo de los textos originales como a la terminología utilizada en ellos, cuyos problemas no solo se traducen a la simple búsqueda de propuestas de traducción y a su confirmación, sino que estos se presentan desde la perspectiva de la variación terminológica (polisemia, sinonimia, múltiples denominaciones, etc.) o la lidia de anglicismos, falsos amigos, siglas, abreviaturas, el trasvase de términos utilizados en especialidades paralelas a la económica. Como la estadística, las matemáticas, la informática, etc. (Gallego-Hernández 2012: 115)

Para ello hemos creado un primer corpus bilingüe formado con fragmentos de traducciones realizadas por los alumnos y alumnas de traducción económica francés-español y español-francés alineados con los respectivos fragmentos de textos originales. Una vez señalados los errores y deficiencias, el alumnado ha tenido que realizar un segundo corpus para intentar solventar las dificultades señaladas. Para la elaboración de ese segundo corpus los alumnos disponían de unas pautas concretas sobre su explotación que se les ha proporcionado en clases teóricas combinadas con lecturas de referencia. Así mismo el área temática sobre la que trabajaron era idéntica en los dos corpus, a saber, la Bolsa (§4).

Con este ejercicio, el alumnado ha mejorado considerablemente no solo su conocimiento del tema que trataban los textos sino que ha conseguido familiarizarse con la terminología de los mismos. Además ha adquirido una metodología de trabajo para explotar cualquier área dentro de la traducción económica. En el estudio de caso (§5) vimos que los corpus de textos paralelos ofrecen información que no se suele hallar ni en los diccionarios ni en las bases de datos. De ahí que para desarrollar la competencia documental y lograr resultados de calidad en traducción económica propongamos actividades con corpus bilingües comparables sobre un determinado tema. Además, con la ayuda de estos textos originales podemos observar y describir el proceso de traducción con fines instrumentales e incluso ofrecer explicaciones concretas sobre el uso real de la terminología especializada en la cultura meta, razonar decisiones de traducción más adecuadas y crear herramientas adaptadas a las necesidades del traductor.

En definitiva, este trabajo de campo nos ha permitido comprobar que cuando los aprendices desconocen el sentido específico de una unidad terminológica los errores son constantes, bien porque carecen de competencias documentales bien porque permanecen como sujetos pasivos y se limitan a las herramientas lexicográficas como primera fuente de consulta. Cuando van más allá y utilizan un corpus comparable representativo de textos originales que ellos mismos han creado con el objetivo de explotarlo para adquirir competencia temática, solucionar un problema terminológico concreto y eventualmente crear un glosario o un léxico, los resultados mejoran considerablemente. El traductor de textos especializados, en general y de textos económicos en particular, a diferencia del traductor literario, dispone de textos paralelos en la lengua de llegada que le sirven para adquirir mayor grado de implicación con el área temática y la terminología.

Bibliografía

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Cabré, María Teresa (2004) “La terminología en la traducción especializada”, in Gonzalo García, Consuelo; Valentín García Yebra (eds.), Manual de documentación y terminología la traducción especializada, Madrid, Arco/Libros: 89–122.

Delgado, Iván; Barceló, Tanagua (2011). “El proceso de documentación en el aula de traducción económica (francés-español). Recopilación de recursos electrónicos sobre el mundo de la empresa”, Cédille 7: 116–136

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About the author(s)

Áurea FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ es profesora Titular en la Facultad de Filología y Traducción de la Universidade de Vigo. Centra sus líneas de investigación en la traducción literaria y la traducción especializada cuyos resultados se recogen en diferentes publicaciones. Entre las más recientes cabe citar: «Rosalía de Castro y la traducción» (Transfer, 2014), Literaturas extranjeras y desarrollo cultural. Hacia un cambio de paradigma en la traducción literaria gallega (libro, 2015), «La crise hypothécaire et ses dénominations» (Babel, 2015), «El concepto de activo financiero en el contexto de la crisis», (Revista de Filologia e Linguística Portuguesa, 2015). Forma parte también de varios grupos de investigación: BITRAGA (BIBLIOTECA DA TRADUCIÓN GALEGA) en la Universidad de Vigo, CRET (GRUP DE RECERCA CONSOLIDAT SOBRE ESTUDIS DE TRADUCCIÓ I MULTICULTURALITAT) en la Universidad de Barcelona y del PROYECTO DE INVESTIGACIÓN PROGRAMA HISPANO-BRASILEIRO DE COOPERACIÓN INTERUNIVERSITARIA sobre las múltiples imágenes de la crisis mundial en la prensa.

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©inTRAlinea & Áurea Fernández Rodríguez (2015).
"La competencia documental en el aprendizaje de la traducción económica francés-español-francés Estudio de caso"
inTRAlinea Special Issue: New Insights into Specialised Translation
Edited by: Daniel Gallego-Hernández
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Stable URL: https://www.intralinea.org/specials/article/2142

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