Nuevas tecnologías para la transmisión de la interpretación simultánea: una revolución ya en marcha
By Nicoletta Spinolo (University of Bologna, Italy)
Abstract
English:
The first instances of use of a technological medium (telephone, in that case) for simultaneous interpreting date back to the 20th century (Baigorri-Jalón 2000). In the past few decades, conference interpreting in simultaneous mode was possible thanks to radio technology or, more frequently and especially for wider audiences and multiple language combinations, the infrared one, which transmits a high-quality audio signal to the audience in the conference hall, through special receivers.
With the ever growing globalization, the constant development of ICTs, the incredible speed at which international meetings and events are organized and, last but not least, the constant need of public and private institutions to reduce management times and costs on their events, new alternatives to the infrared technology are being developed, transmitting audio and video signals over the internet. Different platforms on the market offer various possible configurations.
Despite the extra stress and fatigue remote interpreting seems to cause to interpreters (Moser-Mercer 2003), this scenario appears to be the present, rather than the future of conference interpreting. For those who approach these new technologies for the first time it can be hard to find their way among a large number of different features and understand their potential. The goal of this paper is to provide an overview of the current scenario of new technologies for the transmission of simultaneous interpreting, describing their possible uses, similarities and differences.
Spanish:
Los primeros casos de utilización de un soporte tecnológico (en aquel caso, el telefónico) para la interpretación simultánea se remontan al siglo XX (Baigorri-Jalón 2000). Ya desde hace unas décadas, la interpretación de conferencias en modalidad simultánea es posible gracias a la tecnología radiofónica o, con más frecuencia y especialmente para un público numeroso y múltiples combinaciones lingüísticas, la tecnología infrarroja, que permite transmitir una señal audio de alta calidad al público en la sala a través de específicos dispositivos de recepción.
Con la cada vez mayor globalización, el desarrollo constante de las tecnologías de la información y comunicación, la increíble rapidez con la que se organizan reuniones y eventos internacionales y la constante necesidad de instituciones públicas y privadas de reducir tiempos y costes de gestión de sus eventos comunicativos, se están desarrollando nuevas tecnologías alternativas a la infrarroja, que transmiten señales audio y vídeo a través de internet. Las opciones de uso propuestas por las plataformas presentes en el mercado son múltiples y prevén varias configuraciones posibles.
En este contexto que, a pesar del mayor estrés y cansancio que parece causar a los intérpretes (Moser-Mercer 2003), representa cada vez menos el futuro y cada vez más el presente de la interpretación de conferencias, resulta difícil para quien se acerca por primera vez a estas nuevas tecnologías orientarse entre sus funcionalidades y entender su potencial. El objetivo de este artículo es dibujar un mapa del panorama actual de las nuevas tecnologías para la interpretación simultánea, describiendo sus posibilidades de uso, afinidades y diferencias en clave comparativa.
Keywords:
©inTRAlinea & Nicoletta Spinolo (2020).
"Nuevas tecnologías para la transmisión de la interpretación simultánea: una revolución ya en marcha"
inTRAlinea Special Issue: Technology in Interpreter Education and Practice
Edited by: Nicoletta Spinolo & Amalia Amato
This article can be freely reproduced under Creative Commons License.
Stable URL: https://www.intralinea.org/specials/article/2516
1. Introducción
El presente artículo se ha desarrollado a partir de una comunicación presentada en el congreso TechLing’17, que se celebró en Forlí en noviembre de ese mismo año.
En aquel momento, el título de la comunicación presentaba un signo de interrogación: “¿Una revolución ya en marcha?”. Hoy en día, el signo de interrogación ya no tiene motivo de existir: las nuevas tecnologías y, en particular, las tecnologías para la comunicación a distancia, en las cuales nos centraremos en este caso, han entrado definitivamente en el mundo de la interpretación de conferencias (Bowman 2014; Mas-Jones 2016; Jiménez Serrano 2019), con un ulterior reciente impulso, sobre el que aún no tenemos datos, debido a la pandemia del Covid-19.
Los eventos comunicativos virtuales, tanto de tipo dialógico (por ejemplo, reuniones entre dos o más partes por teléfono o videoconferencia, interacciones entre ciudadanos y administración), como de tipo monológico (webinarios, conferencias en streaming, etc.), han aumentado exponencialmente en épocas recientes (Spinolo y San Vicente 2018). De la misma manera, ha aumentado también la necesidad de servicios de interpretación para estos eventos.
Exactamente como la interpretación presencial, la interpretación a distancia se sitúa a lo largo de un continuum que va de la modalidad dialógica a la monológica (que típicamente se da en el marco de conferencias). La interpretación dialógica a distancia se suele llevar a cabo por teléfono o videoconferencia (Braun 2015). De esta tipología de interpretación se ha ocupado de forma extensa el reciente proyecto europeo SHIFT in Orality[1], cuyo objetivo final era desarrollar una solución pedagógica para la enseñanza de la interpretación a distancia (Amato et al. 2018), a raiz de un anterior estudio de la interacción monológica a distancia (San Vicente et al. 2018) y de la interacción bilingüe a distancia mediada por un intérprete (Russo et al. 2019). Se trata de una modalidad de interpretación ya consolidada, y de la que ya muchos estudiosos se han ocupado, analizando sus carácterísticas y desarrollando indicaciones y buenas prácticas para intérpretes y usuarios; es un ejemplo el proyecto AVIDICUS[2]. En nuestro caso, en cambio, nos ocuparemos de la interpretación monológica en situación de conferencias a distancia, describiendo sus características y modalidades, y detallando las tecnologías necesarias para su transmisión.
Como subrayan Ziegler y Gigliobianco (2018), a pesar de algunos exitosos experimentos de interpretación simultánea a distancia, como los de UNESCO en 1976 (Kurz 2000), Naciones Unidas en 1978 (Chernov 2004), en 1982 (UNESCO 1987), y en 2001 (Mouzourakis 2006), la Unión Europea en 1992 (Kurz 2000), en 2001 (European Parliament Interpretation Directorate 2001) y en 2005 (Roziner y Shlesinger 2010), la interpretación de conferencias a distancia no tuvo mucho éxito en el pasado reciente, a causa de barreras tecnológicas (insuficiente amplitud de banda y fiabilidad de conexión) y de las resistencias de algunos. Sin embargo, como evidencian los mismos autores:
In the last few years, general conditions for conference interpreting have been changing constantly not only due to globalization and altered market needs, but also due to digitalization and extremely fast developing information and communication technologies (Ziegler y Gigliobianco 2018:120).
El objetivo del presente trabajo no es ofrecer un panorama completo de las tecnologías para la transmisión y recepción de la interpretación a distancia, ya que estas cambian, se actualizan y evolucionan constantemente, sino ofrecer un mapa que pueda ser útil para orientarse entre las principales tipologías de dichas tecnologías, entender sus aplicaciones, límites y potencial.
2. Tecnologías tradicionales
Como es sabido, y como también es fácil intuir, la actividad de la interpretación existe desde hace mucho tiempo y se practica desde tiempos muy antiguos[3]. A pesar de ello, el momento fundamental para su reconocimiento como profesión se da en el siglo XX con el nacimiento y la difusión de la interpretación de conferencias (Baigorri Jalón 2000) en modalidad consecutiva, primero, y en modalidad simultánea, posteriormente. Mientras que para la primera modalidad no se necesitan soportes tecnológicos especiales (con la excepción de un micrófono, un bloc de notas y un bolígrafo), para la segunda, desarrollada fundamentalmente para ahorrar el tiempo de interpretación y permitir que se interpretara simultáneamente en más de una combinación lingüística, sí se necesita la ayuda de la tecnología.
A pesar de que el nacimiento de la interpretación simultánea se haga coincidir convencionalmente con el Juicio de Nuremberg, que se celebró en 1945-46 y se interpretó en cuatro lenguas, inglés, francés, alemán y ruso (Baigorri Jalón 2014), el primer soporte tecnológico que permite la interpretación simultánea se inventó en los años ‘20, y fue patentado en 1926 por Alan Gordon Finlay y Edward Filene, que fueron los primeros en utilizar la tecnología del teléfono para la interpretación simultánea. El sistema patentado por Filene y Finlay se utilizó esporádicamente también en ocasiones anteriores a Nuremberg como, por ejemplo, la International Labour Conference de la Sociedad de las Naciones, que se celebró en 1927 (Taylor-Bourladon 2007).
El siguiente soporte tecnológico para la interpretación simultánea fue el de la radio, que se utilizó tanto para salas de conferencias con grandes públicos, como en sistemas móviles para grupos más pequeños, gracias al llamado sistema bidule, que se empezó a utilizar a mediados del siglo XX gracias a Frank Barker y Teddy Pilley (Keiser 2004: 589). Se trataba de un sistema portátil que se podía utilizar sin cabina, con el que el intérprete simplemente empleaba un micrófono, y el público unos auriculares. Dicho sistema se sigue utilizando hoy en día, especialmente para grupos pequeños o para eventos peculiares (visitas guiadas de establecimientos, talleres, etc.), en los que el público puede necesitar desplazarse de un lugar a otro, o como alternativa a la interpretación en chuchotage cuando el grupo de destinatarios de la interpretación es demasiado amplio. Se trata de un sistema que tiene indudablemente ventajas: desde un punto de vista económico, es mucho menos caro que una cabina y desde un punto de vista práctico es versátil, fácil de utilizar, ocupa muy poco espacio y se puede utilizar en espacios pequeños. Tiene, por otra parte, algunas desventajas, entre ellas: la voz de los intérpretes puede molestar al público, ya que no se encuentran en una cabina insonorizada, la calidad del sonido para el público no suele ser comparable con la de un sistema de cabinas de infrarrojos (descrito a continuación), y las condiciones de sonido de la sala podrían en algunos casos impedir una prestación óptima por parte del intérprete, al no poder escuchar perfectamente el discurso original por no estar en una cabina insonorizada y no tener siempre cascos para escuchar el audio original. A propósito de este sistema, conocido como bidule, infoport o tour guide system, la Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencias (AIIC) afirma que “Simultaneous interpretation without a booth (bidule) is a practice to be avoided because of the inherent difficulty - even at best - in producing the requisite high quality of interpretation” (AIIC 2002), subrayando que solo se debería utilizar en casos especiales y en determinadas condiciones: visitas a establecimientos, grupos pequeños, reuniones breves, entre otras.
Por último, el soporte tecnológico que incluso en el momento actual, o al menos hasta la revolución provocada por la pandemia de la Covid-19, ha sido el más utilizado para la interpretación simultánea es el infrarrojo. Se trata de un sistema que se empezó a utilizar en los años ochenta del siglo XX; sus ventajas respecto a la radio son varias: en primer lugar, la calidad del sonido suele resultar excelente. En segundo lugar, no suele presentar riesgos de interferencias, ya que el sonido se recibe solo dentro de la sala. Como ilustra Ruiz Mezcua (2010:113):
Este equipo requiere la instalación de unas pantallas de luz infrarrojas llamadas “radiadores” [...]. Al ser su radiación directa, los cuerpos opacos [...] pueden obstaculizar la recepción, por lo que es necesario colocar radiadores suficientes a fin de cubrir toda la sala de manera correcta sin “zonas de sombra”. Así, el receptor tiene que estar siempre expuesto y no puede guardarse, por ejemplo, en un bolsillo.
Se trata, sin duda, del equipo más caro de los descritos a lo largo de este apartado, pero sus costes de alquiler e instalación suelen ser compensados por la elevada calidad del servicio que otorga.
Concluyendo este breve apartado de descripción de las tecnologías tradicionales, podemos ver que las tecnologías dedicadas a la interpretación han evolucionado a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI, utilizando distintos soportes tecnológicos (el teléfono, la radio, los infrarrojos) con el objetivo, por un lado, de una buena calidad de sonido de entrada (hacia el intérprete) y salida (hacia el público) y, por otro, de ser econtrar una solución versátil y económica.
3. Nuevas tecnologías basadas en la red
3.1. Los sistemas BYOD para la interpretación simultánea
La gran revolución del siglo XXI en la tecnología de la interpretación se da gracias, por un lado, a internet y a las enormes posibilidades que ofrece y, por otro, a la difusión casi universal de tecnologías portátiles como la de los Smartphones o de las tabletas, y al advenimiento de las aplicaciones (o Apps).
¿Qué pasaría si, en lugar de utilizar las tecnologías tradicionales, utilizáramos nuestros propios dispositivos para vehicular la interpretación? Nacen así los sistemas BYOD (Bring Your Own Device) para la interpretación simultánea. El objetivo de estos sistemas es sustituir la tecnología tradicional (cabinas e infrarrojos, fundamentalmente), con motivaciones que van desde la necesidad de ahorrar, a las características de la sala que no permiten instalar cabinas, hasta la necesidad de intérpretes muy especializados en cierto par de idiomas o sobre un determinado tema, y cuyo desplazamiento resulte complejo por razones geográficas o de tiempo (Ziegler y Gigliobianco, 2018). Con estos sistemas, el público en la sala de conferencias puede seguir la interpretación utilizando su dispositivo móvil (smartphone o tableta) a través de una aplicación en la que puede seleccionar los idiomas activos para el evento al que está asistiendo y, en muchos casos, puede también seguir el trabajo a distancia desde la App (o desde su navegador, en caso de no ser la App compatible con su sistema operativo), cuando esta ofrece también la posibilidad de ver las diapositivas en pantalla y/o el ponente. Con esta modalidad, los intérpretes no trabajan a distancia, sino que se encuentran en la sede del evento, normalmente en una cabina. En este caso, los intérpretes pueden utilizar una consola tradicional (o hard console) de interpretación en el caso de que el sistema BYOD elegido sea compatible con las consolas tradicionales, o pueden utilizar un ordenador en lugar de la consola. En este segundo caso, la consola se ve sustituida por la interfaz de una plataforma virtual (o soft console), a la que se accede a través del navegador del ordenador, y cuyos controles suelen ser muy parecidos a los de una consola tradicional (con variantes entre una plataforma y otra): botón on/off del micrófono y/o silenciador de micrófono, control de volumen de entrada, selector de canales (para escuchar el original de la sala o un canal de interpretación para el relé), control para cambio de turno con el compañero de cabina.
Se trata, sin lugar a dudas, de una solución muy conveniente para los organizadores de eventos, que consiguen de esta manera reducir los precios de alquiler de los receptores de sistema infrarrojo, que suelen constituir una parte importante del presupuesto de un evento. A este ahorro, que podría, en una situación ideal, repercutir incluso en una mayor tarifa para los intérpretes, se suma la posibilidad, como se mencionaba anteriormente, de seguir la conferencia (y la interpretación) a distancia. Será necesario, en cambio, ofrecer en la sala del congreso una conexión WiFi suficientemente estable y potente y, si es preciso, potenciada a través de la instalación de varios hotspots, en caso de salas muy grandes y público numeroso, para que todos los participantes puedan conectarse.
Sin embargo, se trata también de una solución que no deja de presentar inconvenientes; el principal es un cambio en la responsabilidad de la gestión de la escucha por parte del público. Mientras que, con el tradicional sistema infrarrojo, es el técnico el que se encarga de proporcionar los receptores y asegurar su funcionamiento asistiendo a quien lo necesite, con esta modalidad la responsabilidad “técnica” se transfiere a los miembros del público, que tendrán que descargar e instalar la aplicación y asegurarse de tener suficiente batería en su dispositivo y de disponer de cascos. Se trata, sin duda, de una serie de condiciones que podría causar cierto descontento en el público; por otra parte, se podrían solucionar, al menos parcialmente, a través de algunas estrategias. Podría ser conveniente avisar con antelación (a través de un correo electrónico, o un aviso en la web del evento, por ejemplo) a los participantes en el congreso de la necesidad de descargar e instalar la aplicación, para que puedan hacerlo con antelación; de esta manera, se podría reducir al mínimo la cantidad de participantes que necesitarán ayuda para instalar la aplicación en el lugar del evento. Para obviar el problema de la batería, sería suficiente ofrecer puntos de recarga (regletas, por ejemplo) en la sala del congreso, mientras se podrían ofrecer auriculares desechables para los participantes que no dispongan de los suyos.
3.2. Las conferencias se trasladan a internet
Son cada vez más los eventos que se celebran de forma no presencial, sino remota. Cada día, son numerosas las conferencias, reuniones, presentaciones de productos, webinarios que se celebran en línea. En estos eventos virtuales, el ponente (o los ponentes) se encuentran en su despacho o en casa, delante de su ordenador, y presentan su ponencia a un público que, a su vez, se encuentra en su propio despacho o en casa, y que sigue el evento conectándose por internet.
Los softwares que permiten este tipo de conferencias son muchos, y presentan distintas características que hacen que sean más o menos adecuados para una tipología de evento u otra. En el caso de organizar una reunión de trabajo, por ejemplo, es deseable que el software o plataforma tenga algunas funciones básicas, como posibilidad de uso desde cualquier dispositivo móvil o fijo, de compartir archivos y pantalla, y de que los participantes puedan comunicarse a través de un chat, además de la llamada de grupo. Para otro tipo de eventos como, por ejemplo, la presentación de un producto, de una clase o de un webinario, sería deseable contar con otras características, además de las descritas; puede resultar útil en este caso disponer, por ejemplo, de una pizarra virtual, además de poder compartir pantalla. En el caso de eventos con más de un ponente, o si se prevén sesiones de preguntas y respuestas con el público (a través de un chat o de videoconferencia), es interesante también que la plataforma prevea un perfil de moderador del evento, que ordene y organice las preguntas y respuestas, bien controlando el chat y transmitiéndolas a los ponentes, o bien asignando los turnos de palabra en el caso de que las preguntas sean orales.
Existen además otras posibles funciones que ofrecen algunas plataformas, y que pueden resultar útiles en función del tipo de evento previsto como, por ejemplo, la posibilidad de grabar el evento (respetando las normas al respecto y pidiendo las debidas autorizaciones a los participantes), o de transmitirlo públicamente en modo broadcast (por ejemplo, a través de YouTube). Algunas organizaciones como las de gobierno, instituciones universitarias, empresas, etc. pueden necesitar también, en algunos casos, disponer de un espacio en línea para guardar archivos en común, además de tener garantías de seguridad sobre la plataforma utilizada, máxime en el caso de discutir o compartir asuntos reservados o sensibles.
3.4. Los softwares RSI
En cada vez más ocasiones, los eventos descritos más arriba (véase apartado 3.2) se celebran entre participantes que hablan lenguas diferentes, y que necesitan que su intervención sea interpretada. En el pasado, estos eventos o bien no disponían de un servicio de interpretación, o bien este se desarrollaba en modalidad consecutiva por videoconferencia.
En los últimos años, en cambio, y con cada vez más frecuencia, están surgiendo herramientas tecnológicas (apps, plataformas) que permiten la interpretación simultánea de estos eventos virtuales a través de sistemas de interpretación simultánea a distancia (Remote Simultaneous Interpreting, RSI). En este caso, y a diferencia de un sistema BYOD (véase apartado 3.1), los ponentes, el público y el intérprete no comparten espacio físico, sino virtual. La mayoría de las herramientas RSI están preparadas para cumplir con la doble función de BYOD y RSI; esto significa que la misma herramienta se puede utilizar en un evento presencial, en el que todos (ponentes, público, intérpretes) comparten el mismo espacio físico, en un evento solo virtual, en el que nadie comparte el mismo espacio físico, o en un evento híbrido, en el que, por ejemplo, los intérpretes trabajan a distancia, mientras que público y ponentes se encuentran juntos, o una parte del público está presente y otra a distancia, o también en la que los ponentes (o parte de ellos) se encuentran a distancia. La figura 1 ilustra un ejemplo de esta configuración híbrida:
Figura 1: Evento presencial y virtual, con una parte de los ponentes
y del público presentes en la sala de congresos
y una parte a distancia, y con intérpretes a distancia.
Las características de la interfaz del intérprete son las mismas descritas más arriba (ver apartado 3.1): se trata fundamentalmente de una cabina virtual, que intenta reproducir (con mayor o menor éxito, dependiendo de la herramienta utilizada) una consola de cabina tradicional. En el caso de la RSI, el espacio físico ocupado por los intérpretes se articula de dos maneras posibles: por un lado, en un centro hub y, por otro, desde casa. En el primer caso, los intérpretes trabajan desde ordenadores situados en un centro especializado preparado específicamente para la labor de RSI; esta opción tiene la ventaja de ofrecer a los intérpretes la tranquilidad de un soporte técnico siempre presente, de no cargar con la responsabilidad de eventuales fallos técnicos o de conexión, y de tener físicamente al lado al compañero de cabina, pudiendo así comunicar con ella/él de manera tradicional (señales, notas, comunicaciones orales a micrófono cerrado, organizar los cambios de turno, etc.). La desventaja de esta opción, por otra parte, es que el intérprete tendrá de cualquier forma que desplazarse hasta el centro hub. En el caso, en cambio, de que los intérpretes trabajen desde su propia vivienda u oficina, necesitarán comunicarse entre ellos, necesidad que se realiza normalmente a través de un chat de todos los intérpretes del evento, únicamente de una cabina virtual (en el caso de haber más de una) o ambas opciones. Esta solución, respecto a la del hub, tiene la desventaja de responsabilizar a los intérpretes de la calidad y gestión de su equipo (conexión, cascos, micrófono) y de que su ambiente de trabajo sea silencioso, además de la de la comunicación a distancia con los compañeros. La ventaja es que, de esta manera, se evitan los desplazamientos del intérprete, con un consiguiente abatimiento de los costes para el organizador del evento, un notable ahorro de tiempo para el intérprete y un ahorro de emisiones de CO2 para el medio ambiente.
A la interfaz del intérprete se suele añadir, en este caso, una interfaz para el ponente (control de micrófono, de audio y vídeo, visualización de chat con el público, opción de compartir pantalla y/o posibilidad de presentar diapositivas), una para el moderador (control de micrófono, de audio y vídeo, visualización de chat con el público, con el ponente y/o con los intérpretes, opción de compartir pantalla y/o posibilidad de presentar diapositivas, control de turnos de palabra) y una para el público (control de audio y vídeo, visualización de chat).
Merece una mención a parte el caso de la interpretación en lengua de signos para la que, evidentemente, se necesita transmitir el video del intérprete y no el audio y para la que en el mercado se han desarrollado herramientas específicas.
4. ¿Una nueva oportunidad?
Este desarrollo de las tecnologías en interpretación parece ser, de alguna manera, la natural evolución de la interpretación que se ve sometida al enésimo cambio por lo que concierne a las tecnologías que la posibilitan, como hemos ilustrado anteriormente (véase apartado 2).
Se trata, además, de un cambio que algunos ya habían previsto: en 2001, Bill Wood, fundador de la empresa DS-Interpretation, con ocasión de la segunda cumbre norteamericana sobre interpretación (2nd North-American Summit on Interpretation), declaró: “Interpreters will not be replaced by technology – they will be replaced by interpreters who use technology”. Y mucho antes, en 1999, Baigorri Jalón declaraba:
Si el paso de la interpretación consecutiva a la simultánea supuso la conquista del tiempo, ahora con la revolución de las telecomunicaciones estamos en condiciones de superar la dimensión del espacio [...]. Esta es una revolución en plena fase experimental... yo creo que con el tiempo se va a imponer la interpretación remota no sólo en el lugar de trabajo, sino algo más: en un momento no lejano de nuestra historia, uno podrá estar en zapatillas en su casa, interpretando desde allí, con un ordenador, una pantalla y un equipo correspondiente... estoy convencido, no digo que esto sea lo ideal ni lo mejor, ni que se vaya a conseguir una calidad perfecta, pero es el perfil del futuro (Codina 1999: online).
Se trata, de manera evidente, de un cambio que ya estamos presenciando y al que, probablemente, resultará difícil oponerse, a pesar de algunas evidentes desventajas que presenta, y que se han descrito a lo largo de este trabajo. La aportación que la comunidad de los investigadores y profesionales de la interpretación podría ofrecer a esta nueva revolución en el mundo de la interpretación de conferencias debería ser la de liderar este cambio junto con las empresas que están desarrollando estas tecnologías, para que estas realmente creen condiciones de trabajo factibles para los intérpretes.
Sería de esperar, pues, que la investigación sobre este tema intentara seguir el frenético ritmo de los desarrollos tecnológicos, como subraya Moser-Mercer en una entrevista de 2015: “[...] learning needs to support professional practice; our learning environments thus need to incorporate digitally rich contexts when that is appropriate in the learner’s progression towards professional competence” (OEB 2015: online).
Los aspectos que sería preciso analizar son múltiples, y requieren en la mayoría de los casos una colaboración interdisciplinar entre investigadores de la interpretación y especialistas de TICs; sería preciso, en esta línea, analizar ante todo el aspecto del impacto cognitivo de la interpretación a distancia en los profesionales (Moser-Mercer 2003) y en los usuarios (ponentes, público), tanto desde el punto de vista de la mayor carga cognitiva que conlleva, como desde el punto de vista de la fricción cognitiva provocada por la interacción con distintas interfaces de interpretación (soft consoles). Es imprescindible también estudiar los requisitos mínimos definidos en las normas ISO sobre interpretación (especialmente la ISO 2018: 2016, que define los estándares de calidad de transmisión audio y vídeo) e intentar, donde sea posible, estudiar y proponer configuraciones de trabajo óptimas para los intérpretes de ahora y de nuestro inmediato futuro. En este último aspecto trabajan, por ejemplo, Ziegler y Gigliobianco (2018), experimentando tres diferentes configuraciones para un “future workspace” del intérprete a distancia: utilizando una pantalla con función Picture in Picture (PiP), que permite visualizar dos fuentes de señal al mismo tiempo, utilizando una cámara controlada a distancia por el intérprete, o utilizando una cámara de 360 grados y gafas de realidad virtual. Finalmente, sería deseable que las instituciones académicas lideraran este cambio, no solo desde el punto de vista de la investigación, sino también de la didáctica de la interpretación, integrando estas novedosas herramientas en su equipo técnico.
Es probable que, de momento, la interpretación simultánea a distancia no sustituya completamente a la tradicional simultánea en cabina, ya que parece no adaptarse aún a eventos de larga duración para los que se necesitarían, en caso de interpretarlos a distancia, equipos de muchos intérpretes (AIIC, por ejemplo, recomienda que el intérprete a distancia no trabaje más de dos horas diarias; AIIC 2000[4]). Por otra parte, esta nueva modalidad de interpretación puede ofrecer a los profesionales de la interpretación la posibilidad de abrirse a un nuevo mercado interpretando una serie de eventos comunicativos como los virtuales que, de otra manera, quedarían probablemente sin interpretar. El uso de la interpretación a distancia, pues, puede representar una nueva oportunidad para el mundo de la interpretación de conferencias, y sería por ello deseable, como ya se ha subrayado, que los profesionales y los investigadores de la interpretación se sumen a esta ola de cambio junto con las empresas desarrolladoras de las herramientas, para ofrecer condiciones de trabajo adecuadas a los intérpretes de conferencias del presente y del futuro.
5. Interpretar a distancia: algunas buenas prácticas y conclusiones
Concluyendo, y basándonos tanto en lo ilustrado anteriormente como en los requisitos técnicos de algunas de las plataformas comerciales mencionadas más arriba, podemos extraer algunas buenas prácticas para los intérpretes simultáneos que deseen trabajar a distancia.
A este propósito, la Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencias (AIIC) ha instituido un grupo de trabajo cuyos primeros resultados se han publicado recientemente (AIIC 2019). La situación ideal, indica la AIIC, sería que los intérpretes trabajaran desde un centro hub, situación que permite, por un lado, trabajar con un compañero de cabina presencial, y no a distancia, facilitando así la colaboración en el equipo de intérpretes y la gestión de los turnos de trabajo. Y por otro lado, trabajar desde un hub con soporte técnico ofrece mayo tranquilidad a la hora de gestionar imprevistos técnicos de todo tipo.
Por otra parte, como también indica el informe de SCIC (2019) sobre un test realizado por los intérpretes de la Comisión Europea sobre cuatro plataformas con soft console, en algunas ocasiones (como la de la actual pandemia de Covid-19) podría resultar imprescindible trabajar desde casa o desde una oficina privada. En este caso, son varios los aspectos que es necesario tener en cuenta.
Empezando por las características del equipo, es aconsejable utilizar un ordenador con un mínimo de 8GB de RAM. Por lo que concierne a la conexión, es aconsejable utilizar una conexión ethernet (vía cable) en lugar de WiFi, por ser más estable que la inalámbrica (tanto para los intérpretes como para los ponentes). No es necesaria, en cambio, para el público que solo tendrá que recibir y no transmitir. De esta manera, deberían reducirse al mínimo los posibles problemas de conexión. Además, también por lo que concierne a la conexión, para obtener tanto una señal de entrada óptima, con una buena sincronización de audio y vídeo, como una buena señal audio de salida, las empresas proveedoras suelen pedir el requisito de una conexión de banda ancha con una velocidad de upload/download de mínimo 5 MB/s y un ping (que es el tiempo que emplean los paquetes de datos en viajar de un punto a otro y volver) de máximo 50ms[5]. También deberíamos asegurarnos de que estamos utilizando la versión más reciente del browser recomendado por la empresa proveedora. Por último, es necesario disponer de unos cascos profesionales con micrófono integrado; existen modelos con cancelación de ruido de fondo en entrada y salida, que pueden ser muy útiles para “simular” de alguna manera el aislamiento acústico de la cabina reduciendo las reverberaciones. Respecto a los cascos, resulta importante considerar los riesgos que puede acarrear un choque acústico. Se trata de un riesgo siempre presente para los intérpretes simultáneos, pero que parece ser más pronunciado en el caso de la interpretación simultánea a distancia, debido a la falta de uniformidad en la calidad de audio en entrada y a la pérdida de calidad audio debida a la presencia de más de un micrófono encendido (AIIC, 2019 y 2020).
Otra buena práctica que va más allá del equipo utilizado es, evidentemente, la de trabajar en un ambiente silencioso y tranquilo; en el caso de trabajar en casa o en una oficina compartida con otros compañeros, podría ser útil, además de cerrar la puerta, poner una nota que indique que nos encontramos en una sesión activa de interpretación a distancia para que quien quiera entrar lo haga solo en caso de absoluta necesidad y guardando silencio.
Por último, es necesario prestar la debida atención a que la responsabilidad legal de eventuales fallos técnicos no previsibles (apagones, caídas de línea imputables al proveedor, etc.) no sea de los intérpretes, que solo deberían responsabilizarse de las variables técnicas que pueden controlar, y que son las descritas más arriba.
Como se adelantaba en la introducción, la interpretación simultánea a distancia parece ser cada vez menos el pasado y cada vez más el presente – o, por lo menos, uno de los presentes – de la interpretación de conferencias; es imprescindible que las comunidades académicas, desde un punto de vista tanto de la investigación como de la didáctica, no se dejen arrollar por esta revolución ya en marcha, sino que contribuyan a su liderazgo para, por un lado, definir estándares que permitan unas condiciones de trabajo óptimas para los intérpretes y, por otro, formar tanto a sus estudiantes como a los profesionales que deseen hacerlo como formación continuada para el uso de estas nuevas herramientas.
Bibliografía
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Notas
[1] Información detallada en la página web del proyecto: www.shiftinorality.eu [última consulta el 16/07/2019]
[2] Información detallada en la página web del proyecto: http://wp.videoconference-interpreting.net/ [última consulta el 16/07/2019].
[3] Una primera mención historiográfica se encuentra en las tumbas de los príncipes de Elefantina, y se remonta al año 3000 a.C. (Kurz 1985).
[4] En un documento de posición de 2018, AIIC afirma que: “AIIC, through its Task Force on Distance Interpreting, is committed to sparing no effort in developing and adopting evidence-based working conditions that provide for both quality of interpretation and interpreter wellbeing, through the systematic and methodical testing of Distance Interpreting modalities in real work environments.”
[5] Existen en línea herramientas gratuitas para medir estos parámetros, como www.speedtest.net.
©inTRAlinea & Nicoletta Spinolo (2020).
"Nuevas tecnologías para la transmisión de la interpretación simultánea: una revolución ya en marcha"
inTRAlinea Special Issue: Technology in Interpreter Education and Practice
Edited by: Nicoletta Spinolo & Amalia Amato
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